miércoles, 12 de agosto de 2009

Soy Ama de casa...pero no desesperada todavia.


Después de unas merecidas vacaciones y mucho tiempo para reflexionar decidí no regresar a mi antiguo empleo. Necesitaba renovarme y enfocar mis ideas en otra dirección. Fue una decisión difícil pues según la observación de mis hijos, parezco una maestra el 80% del tiempo, dando instrucciones como hacen los maestros, por ejemplo: "Ve-te-a-tu-cuar-to-y-re-co-je-la-ro-pa-del-piso. Entendiste lo que te dije" Es inevitable ser enfatica y repetitiva, pues es harto conocido que la repetición ayuda en el aprendizaje. (Jajaja) El día en que comenzaron las clases en el sistema privado y en algunas publicas, sentí un estrujón en el corazón, pues yo no estaba recibiendo a mis estudiantes en la puerta, ni dándole dulcecitos de bienvenida, ni explicándole lo que haríamos en el semestre, ni escuchaba sus aventuras del verano. (Jummm) Yo lo decidí de esta manera y ahora tenia que resignarme. Después de hablar un rato conmigo y convencerme que todo tiene su espacio y tiempo y que esto es solo un capitulo de mi vida que me prepara para otro de mucha energía y experiencias nuevas. Y todo esto lo hacia sacando el polvo de los cuartos, lavando y doblando ropa y mirando como dejaba la casa y de momento me percato que había trabajado como una demente, mas que si me hubiese ido a la escuela a ensenar a mis chicos.
Entonces recordé esa serie de televisión donde hay un grupo de amas de casas llenas de drama y locura que me gusta tanto y de las que me burlo con incredulidad por las cosas que hacen. (No, no nada de aventuras con el jardinero, ni de decubrir a mi vecina psyco que tiene encerrado a alguien en el sotano, ni de gritarle desnuda a mi ex marido en el patio -pero si yo no tengo ex-marido- Jajaa). Debo mantenerme cuerda y enfocada, en lo que aparece un nuevo trabajo y emplear mi tiempo en hacer todas aquellas cosas que no podía hacer cuando las responsabilidades del deber me lo impedían. Así evito la desesperación en el tedioso trabajo de ser una ama de casa deseperada.

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