martes, 22 de noviembre de 2016

Esperanza en tiempos de crisis


Soy una mujer complicada aunque insisto y repito que soy sencilla. A mis 50 años sigo decubriéndome y me encanta. En cada década de mi vida he enfrentado retos muy distintos, preocupaciones y alegrías unicas e irrepetibles. Los aprendizajes me rediseñan el cerebro y la actitud. A veces lucho y otras veces fluyo con la vida. Si hay algo que me propongo cada vez que abro los ojos es ser mejor persona, aportar a mi país, a identificar lo que puedo hacer  sin traicionar quien soy. No quiero caer mal por ser de estas personas que son tan positivas que empalagan pero definitivamente no podemos dejarnos vencer por la apatia o pereza de la desesperanza. Ya no podemos seguir haciendo las cosas de la misma forma. Las crisis requieren cambios, la zona cómoda se devanece. Ya cerca de lograr metas personales que en un principio fueron un reto gigante y hoy dia se ven como prueba superada, tengo que confesar que ya mi cabeza elabora nuevas hazañas que cuando las comento por lo bajito me miran como si se me hubiese zafado un tornillo. Pues nada, complicada o sencilla no me detengo. ¡Vida, por ahí vamos!

Bailando con mi San Valentin